miércoles, 25 de marzo de 2009

Reflexiones en alto

Mucho se puede estudiar y mucho se puede exponer sobre la materia del Coaching pero qué complejo se hace posteriormente poner en práctica los conocimientos adquiridos y más aún, aplicárselos a uno mismo.

La labor del Coach me resulta hoy en día una de las más interesantes y admirables del momento, sin embargo ¿cómo hacer para ser un buen Coach?, ¿cómo mantener esa templanza necesaria para guiar a otros y más allá guiarse a uno mismo?, ¿cómo trabajar sobre esos errores que día tras día seguimos cometiendo?

Supongo que, como en muchas otras cosas, la clave está en la paciencia, la perseverancia y la confianza en el éxito del esfuerzo mantenido. Pero no hay duda de que, sin trabajarse uno mismo, es difícil llegar al otro con la paz, la armonía y la serenidad que se necesita para ser espejo y reflejo de alguien que intenta verse.

A veces este objetivo nos resulta tan sobrecogedor y tan inalcanzable que dudamos de poder lograrlo algún día. Sin embargo, la respuesta la encontramos, una vez más, en la PNL, que en palabras de Henry Ford, nos sugiere: “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienes razón”. Es decir, no importa tanto si en algún momento decaes o das marcha atrás en tu cometido, si persistes en tu intento y confías en tus posibilidades, hasta el objetivo más complejo, como el dominio de uno mismo, se puede llegar a alcanzar.

Foto: imágenes google