La creatividad es la capacidad que todas las personas tenemos de crear algo nuevo y de valor. La gente piensa que Fulanito es creativo mientras que Menganito no lo es. Sin embargo y por suerte, la creatividad está en todos nosotros. Puede ser que por diversas causas la tengamos más o menos desarrollada pero todas las personas somos creativas en potencia.
Si todas las personas tenemos la capacidad de crear, todos los grupos también, y con más razón, ya que al final el grupo es un conjunto de personas. Lo que sucede es que si a veces es difícil trabajar en equipo para alcanzar un simple objetivo, imaginemos lo difícil que puede llegar a ser si ese objetivo consiste en crear juntos algo nuevo.
Por eso, el trabajo de Coaching de Equipos se vuelve muy interesante cuando lo miramos bajo la perspectiva de la creatividad y la innovación en el equipo de trabajo.
El papel del Coach consiste en ayudar al grupo a establecer objetivos compartidos, a conocerse mutuamente y a reconocer los beneficios que cada miembro aporta en el equipo. Asimismo, ayuda al grupo a entender las interdependencias que cada uno de los miembros tiene con el resto.
En este proceso se trabaja, junto al Coach, la capacidad de reflexión y de autoconocimiento del equipo, lo que hace más fácil a los miembros rectificar en el camino cuando se desvían y seguir adelante y persistir, apoyándose en sus fortalezas, cuando están en el camino correcto. Igualmente clave es, en dicho proceso, el establecimiento de una comunicación sana y transparente que fomente entornos de trabajo seguros.
En estos entornos de seguridad psicológica el equipo estará dispuesto a decir lo que piensa sin represalias. La confianza entre los miembros y el conocimiento mutuo, favorecerá la aceptación de opiniones diferentes, la auto-crítica constructiva del grupo, la generación de nuevas ideas y la toma de decisiones arriesgadas. Todas ellas características que fomentan la aparición de resultados creativos.
Esto es lo que los equipos serán capaces de llevar a cabo si tienen unos cimientos sólidos y atajan los conflictos personales que entre los miembros puedan surgir. Trabajemos como Coaches por establecer los cimientos, fomentar la comunicación asertiva, definir los roles y responsabilidades de los miembros del equipo, creando entornos de confianza, conocimiento, valoración y respeto que dirijan todas las energías del equipo a discutir airadamente… pero únicamente sobre la tarea y sobre ese proyecto que a todo el grupo le apasiona, dejando así fluir la creatividad que todos llevamos dentro.
Si todas las personas tenemos la capacidad de crear, todos los grupos también, y con más razón, ya que al final el grupo es un conjunto de personas. Lo que sucede es que si a veces es difícil trabajar en equipo para alcanzar un simple objetivo, imaginemos lo difícil que puede llegar a ser si ese objetivo consiste en crear juntos algo nuevo.
Por eso, el trabajo de Coaching de Equipos se vuelve muy interesante cuando lo miramos bajo la perspectiva de la creatividad y la innovación en el equipo de trabajo.
El papel del Coach consiste en ayudar al grupo a establecer objetivos compartidos, a conocerse mutuamente y a reconocer los beneficios que cada miembro aporta en el equipo. Asimismo, ayuda al grupo a entender las interdependencias que cada uno de los miembros tiene con el resto.
En este proceso se trabaja, junto al Coach, la capacidad de reflexión y de autoconocimiento del equipo, lo que hace más fácil a los miembros rectificar en el camino cuando se desvían y seguir adelante y persistir, apoyándose en sus fortalezas, cuando están en el camino correcto. Igualmente clave es, en dicho proceso, el establecimiento de una comunicación sana y transparente que fomente entornos de trabajo seguros.
En estos entornos de seguridad psicológica el equipo estará dispuesto a decir lo que piensa sin represalias. La confianza entre los miembros y el conocimiento mutuo, favorecerá la aceptación de opiniones diferentes, la auto-crítica constructiva del grupo, la generación de nuevas ideas y la toma de decisiones arriesgadas. Todas ellas características que fomentan la aparición de resultados creativos.
Esto es lo que los equipos serán capaces de llevar a cabo si tienen unos cimientos sólidos y atajan los conflictos personales que entre los miembros puedan surgir. Trabajemos como Coaches por establecer los cimientos, fomentar la comunicación asertiva, definir los roles y responsabilidades de los miembros del equipo, creando entornos de confianza, conocimiento, valoración y respeto que dirijan todas las energías del equipo a discutir airadamente… pero únicamente sobre la tarea y sobre ese proyecto que a todo el grupo le apasiona, dejando así fluir la creatividad que todos llevamos dentro.